Cuatro años nos ha tenido Sabina esperando, mejor dicho, anhelando, nuevas letras, nueva música, en definitiva, una nueva obra de arte, pero ha merecido la pena.
Su nuevo disco "Vinagre y rosas" salió a la venta el pasado día 17 y hoy empieza su gira en Salamanca. (No quedan entradas para toda su gira en España, excepto unas poquitas en Barcelona, Pamplona y Granada).
Os preguntareis porqué tan poco tiempo entre el lanzamiento y el inicio de la gira, pues la respuesta es sencilla «Es lo que más me apetece, sacar seis o siete canciones totalmente nuevas, que la gente no se sepa todavía y que te dejen cantar en paz», ríe. «El público a veces es tremendamente conservador y quiere oír lo de siempre, y lo tendrá pero también va a tener que tragarse unas cuantas canciones nuevas». (J. Sabina)
Vinagre y rosas se compone de 14 canciones, de las cuales, 10, están firmadas por Sabina y por Benjamín Prado. A la par que el disco (que se parió entre noches y noches en Praga) se ha publicado un libro que ha escrito Benjamín sobre el proceso de creación del mismo, "Romper una canción".
Realmente lo mejor es que disfruteis de una nueva maravilla. Entre sus canciones hay una dedicada al poeta asturiano Ángel González, simplemente, extraordinaria.
Estos días, Sabina ha concedido varias entrevistas a medios de comunicación como parte de la gira y promoción del disco, pero si me tengo que quedar con una es la entrevista que realizó Juan José Lucas en pásado día 13 en el programa "En noches como esta".
Fragmento de la entrevista
Buscar este blog
viernes, 20 de noviembre de 2009
lunes, 16 de noviembre de 2009
Nadie lo ha oido (Mari Jungstedt)
Cuando el fotógrafo alcohólico Henry Dahlström aparece asesinado en pleno centro de Gotland, las pesquisas policiales apuntan directamente a algunos de sus compañeros de juerga. El caso no parece revestir mayor misterio, hasta que el comisario Anders Knutas descubre que el fallecido recibió una importante cantidad de dinero el día anterior a su muerte. Paralelamente, la señora Jannson denuncia la desaparición de su hija Fanny, de catorce años, y la policía inicia inmediatamente la investigación de este supuesto caso de secuestro. Sin embargo, la investigación da un giro inesperado cuando el portero del piso de Dahlström descubre una caja con fotos de carácter pederasta en las que aparece la joven Fanny. Knutas necesitará todo su talento y la ayuda de su amigo periodista Johan Berg para descubrir qué se esconde detrás de este terrible caso.
Novela negra al más puro estilo Millenium donde se entrelazan temas similares a la trilogía de S. Larsson, lo que me hace pensar que en Suecia los problemas de alcoholismo, agresiones sexuales (recordad los abusos sexuales que padecía Lisbeth Salander), infidelidades, familias desestructuradas... son arquetipos muy socorridos en la literatura escandinava ya que se desarrollan constantemente en Millenium, La princesa de hielo" de Camilla Läckberg y, también, en "Nadie lo ha oído".
Novela de fácil lectura idónea para estas vacaciones de navidad (si os queda tiempo entre compra y compra) pero totalmente aconsejable para desconectar y pasar un buen rato de intrigas y sospechas ya que el final es totalmente, por lo menos para mi, inesperado.
jueves, 12 de noviembre de 2009
Estamos de suerte!!!
Tres semanas sin pasar por aquí, tres semanas( o casi) desconectado del mundo y te das cuenta que nada para, que al igual que hay cosas que en este país continúan igual (Gürtel, Alacrana, El Real Madrid y sus batacazos...)por suerte, hay otras cosas que cambian, que prosiguen, que avanzan.
Y entre esos cambios o novedades la grata sorpresa de corroborar que, tras 50 años (29 de octubre de 1959, Revista Pilote), Astérix sigue tan joven como siempre, y es que, en estos días , se celebra el 50º aniversario del pequeño galo y su amigo gordito (aunque él siempre lo niegue).
Para celebrar el 50º aniversario se ha lanzado El Libro de oro que destaca por su magnífico trabajo gráfico, por un texto inédito de Goscciny y donde, desde mi punto de vista, lo más emotivo, es una carta de Anne Goscinny (hija de René)donde agradece a Uderzo que no haya dejado morir a los héroes galos haciendo que la memoria de su padre siga viva a través de tantos y tantos cómics.
CARTA DE ANNE GOSCINNY incluida en el libro
En tu voz, Astérix, resuena el timbre de la mía. Por mis venas, corre tu tinta, por las tuyas, corre mi sangre. Y nuestras voces unidas evocan hoy una vida, la tuya. Tu has nacido de la amistad que unía a mi padre y a Albert Uderzo. Una amistad perfecta en la que uno es lo que no es el otro. ¡Y a la inversa! Fruto de esa amistad nacieron a su vez una aldea y sus habitantes, algunas decenas de jabalíes, un Julio César y sus legiones a veces desilusionadas por una improbable resistencia. Nacieron sobre todo muchas sonrisas y otras tantas carcajadas. También nacieron algunas vocaciones. Gracias a esa amistad han muerto muchas reticencias a la lectura.
Pero tenemos una deuda en común, Astérix. Uno de tus creadores se murió una mañana de 1977. Mi padre. Tu habrías podido apagarte. Apagarte sin borrarte de la memoria de tus lectores. Pero te habrías quedado allí. Un poco como yo me habría quedado allí, paralizado en los nueve años. Sí, pero no estábamos solos. A ti te quedaba un creador y a mí me quedaba la esperanza de que él te hiciera vivir. Que continuases contra viento y marea a pesar del dolor y la pena que nos producía la desaparición de un genio. Como una palabra de niño lanzada al aire en una canción infantil, huérfana muy joven, rogué: “Si Astérix sobrevive, entonces juro que me convenceré de que la muerte es una broma pesada, pero al fin y al cabo, una broma.
Que la imaginación permite lo que la realidad prohíbe”. Y tú has vivido. Yo también. Gracias a la voluntad de este Orfeo que ha rechazado lo que el destino le había impuesto. Pero tú, Astérix, más listo que el personaje mitológico, no te has vuelto. Has mirado hacia delante. Y delante estaba la vida. Habías comprendido lo esencial, que la historia debía continuar.
Un aniversario es la promesa que uno se hace a sí mismo de que se hará honor a ese año que se presenta. Un aniversario es un juramento que se ofrece a los que uno ama para confirmarles lo que ya saben y a veces fingen ignorar: la importancia que tiene en nuestra vida. Un aniversario es, en definitiva, el balance que se impone de las cuatro estaciones transcurridas. Desde la nieve a los primeros brotes, ¿he sido digna de ti, de vosotros? Así que, Astérix, permíteme en nombre de este padre que nos ha dado forma a ambos estar segura de que gracias al talento de Albert, tú sabrás mostrarte digno de estas bodas de oro, que con este libro del que eres el centro y el camino de ronda, les dirás a tus lectores que su fidelidad está a la altura de tu constancia, y que, en fin, si hubiera que resumir con una palabra las estaciones pasadas, yo hablaría simplemente de futuro.
ANNE GOSCINNY
Y entre esos cambios o novedades la grata sorpresa de corroborar que, tras 50 años (29 de octubre de 1959, Revista Pilote), Astérix sigue tan joven como siempre, y es que, en estos días , se celebra el 50º aniversario del pequeño galo y su amigo gordito (aunque él siempre lo niegue).
Para celebrar el 50º aniversario se ha lanzado El Libro de oro que destaca por su magnífico trabajo gráfico, por un texto inédito de Goscciny y donde, desde mi punto de vista, lo más emotivo, es una carta de Anne Goscinny (hija de René)donde agradece a Uderzo que no haya dejado morir a los héroes galos haciendo que la memoria de su padre siga viva a través de tantos y tantos cómics.
CARTA DE ANNE GOSCINNY incluida en el libro
En tu voz, Astérix, resuena el timbre de la mía. Por mis venas, corre tu tinta, por las tuyas, corre mi sangre. Y nuestras voces unidas evocan hoy una vida, la tuya. Tu has nacido de la amistad que unía a mi padre y a Albert Uderzo. Una amistad perfecta en la que uno es lo que no es el otro. ¡Y a la inversa! Fruto de esa amistad nacieron a su vez una aldea y sus habitantes, algunas decenas de jabalíes, un Julio César y sus legiones a veces desilusionadas por una improbable resistencia. Nacieron sobre todo muchas sonrisas y otras tantas carcajadas. También nacieron algunas vocaciones. Gracias a esa amistad han muerto muchas reticencias a la lectura.
Pero tenemos una deuda en común, Astérix. Uno de tus creadores se murió una mañana de 1977. Mi padre. Tu habrías podido apagarte. Apagarte sin borrarte de la memoria de tus lectores. Pero te habrías quedado allí. Un poco como yo me habría quedado allí, paralizado en los nueve años. Sí, pero no estábamos solos. A ti te quedaba un creador y a mí me quedaba la esperanza de que él te hiciera vivir. Que continuases contra viento y marea a pesar del dolor y la pena que nos producía la desaparición de un genio. Como una palabra de niño lanzada al aire en una canción infantil, huérfana muy joven, rogué: “Si Astérix sobrevive, entonces juro que me convenceré de que la muerte es una broma pesada, pero al fin y al cabo, una broma.
Que la imaginación permite lo que la realidad prohíbe”. Y tú has vivido. Yo también. Gracias a la voluntad de este Orfeo que ha rechazado lo que el destino le había impuesto. Pero tú, Astérix, más listo que el personaje mitológico, no te has vuelto. Has mirado hacia delante. Y delante estaba la vida. Habías comprendido lo esencial, que la historia debía continuar.
Un aniversario es la promesa que uno se hace a sí mismo de que se hará honor a ese año que se presenta. Un aniversario es un juramento que se ofrece a los que uno ama para confirmarles lo que ya saben y a veces fingen ignorar: la importancia que tiene en nuestra vida. Un aniversario es, en definitiva, el balance que se impone de las cuatro estaciones transcurridas. Desde la nieve a los primeros brotes, ¿he sido digna de ti, de vosotros? Así que, Astérix, permíteme en nombre de este padre que nos ha dado forma a ambos estar segura de que gracias al talento de Albert, tú sabrás mostrarte digno de estas bodas de oro, que con este libro del que eres el centro y el camino de ronda, les dirás a tus lectores que su fidelidad está a la altura de tu constancia, y que, en fin, si hubiera que resumir con una palabra las estaciones pasadas, yo hablaría simplemente de futuro.
ANNE GOSCINNY
Suscribirse a:
Entradas (Atom)