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martes, 13 de julio de 2010

Campeones? algo se inventará Platini



Yo estuve allí, se acabó el "jugamos como nunca, perdemos como siempre", que grande es el fútbol. Te puede gustar, te puede no gustar, pero lo de ayer en Madrid es algo más que fútbol. Gente de todas las edades, de todos los colores (bueno, casi todos de rojo), grandes, medianos, pero sobretodo, pequeños. Y que envidia la de los pequeños, bendita ignorancia o, mejor dicho, bendita edad. Ven a sus padres emocionados, a la gente desbordada y deben alucinar, porque claro, para ellos esto es lo más normal del mundo. Han empezado a disfrutar del deporte con Nadal, Gasol, la selección de basket ganando el Mundial, y ahora la Eurocopa, el Mundial. Ellos pensarán que es el pan nuestro de cada día. Benditos ellos que no saben quién es Tassoti, Al-Ghandour, los penalties frente a Bélgica... que "ricos" ellos en su bendita ignorancia.
Todos estos "sufrimientos" quedaron atrás con Iniesta, con los 23 de Sudáfrica.
¿Como se celebra esto? decía un amigo el otro día, no sé. Lo que si se, es que, de ahora en adelante, luciremos una estrellita en la camiseta y podremos gritar a pleno pulmón "yo vi a España ser campeona del mundo", y , sobretodo, "yo soy pulpo Paul" (ah no, es "yo soy español")

Por cierto, la gente no deja de sorprenderte con sus estrofas:

"Sara Carbonero, tiraté al portero", "Gracias a Iniesta, estamos hoy de fiesta"...

Ah, no quiero despedirme sin mandar recuerdos a Maradona: "que la mame"







Aunque hubo gente que se equivocó de día y lugar



martes, 6 de julio de 2010

Burlando a la parca (Josh Bazell)


Si alguien conoce el número de teléfono de Van Damme, o de su representante, que lo llame corriendo porque este libro, sin duda alguna, es un claro guión de película a lo Van Damme.
Josh Bazell, escritor novel, nos presenta un libro con detalles que, a poco que se lo curre más (desde mi modestísima opinión, muy modesta), le van a hacer ser un buen escritor de novela negra,con detalles dignos de cualquier momento "gore".
Está bien que, siendo como es, médico residente, nos muestre todo lo que sabe sobre medicina de una manera amena y entendible para los no duchos en la materia, está bien que nos muestre el mundo del hampa, de la mafia a través del protagonista (Pietro Brnwa), pero es que el final, el final, es de cachondeo.
No os lo cuento por si acaso alguno quiere pasar un rato divertido este verano y se decide a leerlo.

Hay que decir que, exceptuando el final (imagino que, siendo médico, se podrá hacer un cuchillo como el que expone, pero vamos, poco creible) y el momento del acuario con los tiburones, el libro es muy entretenido, ameno y con momentos muy divertidos. (Como siempre y, como en todo, hay opiniones diversas respecto a la obra, y en Estados Unidos es un best-seller)

La trama se desarrolla entre el pasado y presente. Un pasado de mafioso experto en artes marciales que va soltando mamporros y asesinando a diestro y siniestro, y un presente en el que, bajo el abrigo del programa de protección de testigos del FBI, desarrolla su actividad en un hospital de Manhattan. Algunos han querido ver en este libro una mezcla entre los Soprano y House, algo excesivo, desde mi punto de vista.

Sobre Burlando a la parca: Peter Brown es un médico interno residente en el peor hospital de Manhattan. Y también un experto en artes marciales –que no duda en usar en su trabajo–, y un tío forzudo y deslenguado, saludablemente cínico y con verdadero talento para la medicina. Pero hay que decir que Peter no es todo lo que parece y que no parece todo lo que es. Su verdadero nombre, por ejemplo, es Pietro Brnwa, y desde hace ocho años está en el programa de protección de testigos del FBI. Con su nueva identidad ha estudiado medicina, ha cambiado de vida y ahora es el doctor Peter Brown. Pero sigue teniendo un colorido pasado que jamás imaginaríamos en un médico, mayormente rojo sangre y negro muerte, porque Pietro fue un asesino a sueldo de la mafia hasta que el día en que reconoció que matar a otro también mata algo en uno mismo y, además, tiene consecuencias impredecibles. El doctor Brown tiene que atender a Eddy Squillante, un paciente con un cáncer de estómago a quien han dado tres meses de vida. Pero Eddy está firmemente decidido a burlar a la muerte y, además, él también se ha cambiado el nombre: antes era Nicholas LoBrutto, un mafioso que reconoce a Peter y le ofrece un trato: si lo mantiene vivo, Eddy no le delata a sus antiguos jefes de la mafia y, si lo deja morir (o lo mata), sus socios cogen el teléfono y empiezan a hablar...


Por cierto, no llameis a Van Damme,los derechos cinematográficos han sido adquiridos por New Regency que, junto a Leonardo di Caprio y su productora Appian Way, tienen pensado llevarla al cine, siendo el propio di Caprio el futuro Doctor Peter Brown.(No veo yo a Di Caprio repartiendo estopa)

viernes, 2 de julio de 2010

Reglas de urbanidad para señoritas


Hay una canción que todos recordamos, de Presuntos Inmplicados, que decía "Ay, como hemos cambiado". Y nunca una frase significó tanto porque, viendo el librillo que ha caído en mis manos, compruebo que, gracias a Dios, muchas cosas han cambiado.
"Reglas de urbanidad para señoritas" compuestas por D. Fernando Bertrán allá por el año 1859.
Si hablamos con la gente mayorrrrr nos dicen que ellos tenían libritos en la escuela con reglas de urbanidad para todo.
Las Reglas de Urbanidad nacieron con la sociedad y con la necesidad de interrelacionarnos. Se establecieron formas, reglas y modales de respeto al prójimo y de la forma más correcta, idónea y apropiada de relacionarse con los demás. Reglas que fueron cambiando de acuerdo a las épocas y a la evolución del hombre.
De ahí, el hecho de ver este librillo desde una perspectiva histórica, aunque es imposible no reirse o sonreirse con alguna de sus peculiaridades.

Por ejemplo:
"P. ¿Que reglas son las más principales que una jóven debe tener en la conversación?

R. Medir las palabras antes de hablar, el silencio,la modestia, y una prudente reserva, son generalmente las cualidades más apreciables, y en una jóven contribuyen a embellecerla"


Sobran las palabras.