Este lunes, y sin que sirva de precedente, lo voy a dedicar a las Fallas de Valencia. Nunca había estado y la verdad, es algo espectacular. Y eso que no he ido esta semana que es cuando, realmente, se celebran las Fallas, pero aún así, ha sido alucinante. Por todas las calles niños, incluso de dos años, tirando petardos,gente haciendo paellas en las fallas de cada barrio, miles de personas por la plaza del ayuntamiento para ver la mascletá, los castillos de la noche, y ya, el culmen, son las fallas en sí (todo lujo de detalle en cada ninot). Son espectaculares, yo no sé como pueden quemarlas después. Es increible el trabajo que debe llevar hacer eso.
Además, un aspecto que me ha sorprendido gratamente es que puedes entrar en cada falla (peña), en sus carpas donde hay una especie de verbena y te dejan pasar. Comento esto porque la feria de abril de Sevilla, si habeis estado, no tiene nada que ver (arrogantes, prepotentes, nunca puedes pasar a ningún sitio...). Vamos, no cambio esta fiesta por la de Sevilla ni de bromas, allá se queden con sus sevillanas. En definitiva, que Valencia tiene otro admirador más.
Históricamente se supone que las fallas provienen o se celebran en honor de San José, que era carpintero, y lo que se hacía antiguamente esra despojarse y quemar los desechos de carpintería ese día. Pero ya sabeis, empiezo a quemar, a quemar y acabo haciendo una fiesta de órdago.
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