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sábado, 30 de mayo de 2009

El equipo del chorreo




Ya lo dijo un sabio madrileño, esto va a ser un chorreo, y a fe que ha tenido razón. Todo un año de chorreo, de jugar , de disfrutar, eso es, hoy por hoy, el F.C. Barcelona.
Como se puede jugar tan bien al fútbol, con que estilo, con que elegancia. Y así ha llegado algo que nadie había conseguido, el triplete, el ya famoso TRIPLETE.
Así que este es un pequeño homenaje a todos mis amigos del Barça, a esos sufridores, a los que viven en la comunidad de Madrid (como a mi amigo Carlitos, que odia el fútbol) que tienen/tenemos que aguantar barbaridades día sí , día también, y en especial a la más llorona de las lloronas, a Mila. Que ganas de que acabara todo y dejara de llorar.


Champion league



Copa del Rey


Campeón de liga

lunes, 25 de mayo de 2009

La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina (Stieg Larsson)


Segundo volumen de la trilogía Millenium de Stieg Larsson, que he leído en tiempo record porque si el primer libro (Los hombres que no amaban a las mujeres) resultó ser trepidante, en este segundo la trama no te deja un segundo de respiro. Los hechos se desencadenan a una velocidad vertiginosa y tienes que estar con los cinco sentidos para no pasar nada por alto, ninguna pista que pueda llevar a descubrir quién es Zala, quién es el asesino, quién incrimina a nuestra Lisbeth Salander, quién es quién, porque, realmente, nada es lo que parece, en definitiva, no se como lo vais a hacer para llevaros de vacaciones los dos libros, porque otra cosa serán, pero de bolsillo, precisamente, no.
De todas formas, yo quitaría ropa de la maleta y no me iría sin ellos.

Así comienza "La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina"
"Estaba atada con correas de cuero a una estrecha litera
con una estructura de acero templado. El correaje le
oprimía el tórax. Se hallaba boca arriba. Tenía las manos
esposadas paralelamente al cuerpo.
Hacía mucho tiempo que había desistido de todo
intento de soltarse. Estaba despierta pero con los ojos
cerrados. Si los abriera sólo vería la oscuridad; la única
luz existente era un tímido rayo que se filtraba por encima
de la puerta. Tenía mal sabor de boca y ansiaba la -
varse los dientes.
Una parte de su conciencia aguardaba el sonido de
unos pasos que anunciaran la llegada de él. Ignoraba
qué hora de la noche era, pero le parecía que empezaba
a ser demasiado tarde para que él la visitara. Una repentina
vibración de la cama le hizo abrir los ojos. Era como
si una máquina se hubiese puesto en marcha en algún
lugar del edificio. Unos segundos después ya no estaba
segura de si se trataba de un ruido real o de si se lo había
imaginado.
Tachó un día más en su mente.
Era el número cuarenta y tres de su cautiverio.
Le picaba la nariz y giró la cabeza de tal manera que
pudo rascarse contra la almohada. Sudaba. En la habitación
hacía calor y el aire resultaba sofocante. Llevaba un sencillo
camisón que se le arrugaba en la espalda. Al mover la cadera pudo atrapar la prenda con los dedos índice y
corazón para irla bajando, centímetro a centímetro, por
uno de los lados. Repitió el procedimiento con la otra
mano. Pero el camisón presentaba todavía un pliegue en
la parte inferior de la espalda. El colchón estaba arrugado
y no era nada confortable. A causa de su absoluto aislamiento,
todas las pequeñas impresiones, en las que en
otras circunstancias no habría reparado, se intensificaban
considerablemente. El correaje estaba lo bastante
flojo como para que pudiera cambiar de postura y ponerse
de lado, pero le resultaba incómodo, ya que entonces
debía tener una mano en la espalda y se le dormía el
brazo.
No tenía miedo. En cambio, sentía una rabia contenida
cada vez mayor.
Al mismo tiempo, le atormentaban sus propios pensamientos,
que se transformaban constantemente en desagradables
fantasías sobre lo que iba a ser de ella. Odiaba
esa forzada indefensión. Por mucho que intentara concentrarse
en otra cosa para pasar el tiempo y olvidarse de
su situación, la angustia siempre acababa por aflorar.
Flotaba en el aire como una nube de gas que amenazaba
con penetrar por sus poros y envenenar su existencia.
Había descubierto que la mejor manera de mantener
alejada esa angustia era imaginándose algo que le transmitiera
una sensación de fuerza. Cerró los ojos y evocó
el olor a gasolina.
Él estaba sentado en un coche con la ventanilla bajada.
Ella se acercó corriendo, echó la gasolina al interior y encendió
una cerilla. Fue cuestión de segundos. Las llamas surgieron
en el acto. Él se retorcía de dolor mientras ella oía sus
gritos de horror y sufrimiento. También pudo sentir el olor de
la carne quemada y otro más intenso, a plástico y espuma,
producido por los asientos, que se estaban carbonizando.

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lunes, 18 de mayo de 2009

Adiós al poeta del compromiso

Ayer, 17 de mayo del 2009 murió Mario Benedetti después de una larga vida de lucha contra la adversidad y en defensa de la alegría.
Murió Mario Benedetti. El poeta resistente, que vivió el exilio y la enfermedad (un asma pertinaz, obsesiva) le fueron rompiendo, pero él se mantuvo siempre "en defensa de la alegría". Finalmente, una agonía causada por un fallo intestinal, que hizo deprimentes sus últimos días, le rompieron del todo, y murió ayer a los 88 años, en su tierra, Montevideo. Nació en Paso de los Toros, pero esta urbe que parece un microcosmos literario fue el lugar al que volvió siempre, de todos los exilios. Era al final (y esta expresión la acuñó él) un desexiliado. Pero su alma sufrió las heridas de todos los exilios. Seguir leyendo...

Catálogo de obras con voz de Mario Benedetti

Documental sobre la vida y palabra de Mario Benedetti, retrato de su vida relatada por él mismo a través de una entrevista y de parte de las personas más cercanas como Manuel Vázquez Montalbán, José Saramago, Idea Vilariño, Eduardo Galeano, Juan Gelman o Joan Manuel Serrat.
Además, incluye imágnes de Montevideo, de la dictadura, del exilio, en definitiva,de su camino o como diría otro gran poeta "se hace camino al andar".

miércoles, 13 de mayo de 2009

lLos hombres que no amaban a las mujeres (Stieg Larsson)


Basta pronunciar este título para que todo el mundo sepa de que novela estamos hablando. El boca-boca corre como la espuma con esta novela negra del sueco Stieg Larsson.
Se ha convertido en el best-seller del año y forma parte de una trilogía (Millennium) de otros dos libros ("La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina" y "La reina en el palacio de las corrientes de aire" que saldrá en España sobre el 23 de junio).

El problema de este tipo de libros es que te lo ponen tan bien que siempre te creas unas expectativas que nunca o difícilmente se cumplen.
En este caso las expectativas se cumplen de sobra. Es un libro al que entras con ese miedo y que poco a poco te va atrapando y no puedes dejar de leerlo, es el típico libro con el que las horas se pasan volando. Un libro sencillo, narrado con gran claridad en el que alternan el suspense,el crimen con asesinatos espeluznantes dentro de una familia burguesa sueca, y la tradición de la novela policiaca británica (Aghata Christie) y norteamericana (Edgard Allan Poe).

El 29 de mayo se estrena la película, espero que, aunque no llegue al nivel de la novela, esté a un nivel alto, porque merecerá la pena.

En definitiva, os recomiendo que este verano os vayais de vacaciones con Mikael Blomkvist y Lisbeth Salander.

Sinopsis

Blomkvist acaba de ser condenado por difamar a un poderoso financiero. En esas circunstancias recibe una extraña y tentadora oferta: investigar la desaparición de la joven Harriet Vanger, ocurrida treinta y seis años antes. Quien le encarga el trabajo es el tío de la muchacha, un empresario millonario que está convencido de que su sobrina fue asesinada y no quiere morir sin conocer lo ocurrido.

Si quereis leer las primeras 50 páginas picad sobre el título del post, os llevará a una librería donde podreis leer esas primeras páginas.

jueves, 7 de mayo de 2009

Viernes con Pablo Milanés



Todavía quedan restos de humedad,
sus olores llenan ya mi soledad,
en la cama su silueta
se dibuja cual promesa
de llenar el breve espacio
en que no está...

Todavía yo no sé si volverá,
nadie sabe, al día siguiente, lo que hará.
Rompe todos mis esquemas,
no confiesa ni una pena,
no me pide nada a cambio de lo que da.

Suele ser violenta y tierna,
no habla de uniones eternas,
mas se entrega cual si hubiera
sólo un día para amar.
No comparte una reunión,
mas le gusta la canción
que comprometa su pensar.

Todavía no pregunté "¿te quedarás?".
Temo mucho a la respuesta de un "jamás".
La prefiero compartida
antes que vaciar mi vida,
no es perfecta, mas se acerca
a lo que yo

simplemente soñé...


Poco más hay que decir con letras como la de esta canción y de Pablo Milanés.

lunes, 4 de mayo de 2009

Vaya chorreo

En contra de la norma, este va a ser el primer lunes que no cuelgo una lectura, pero es que la ocasión lo merece.
Una vez, un amigo mío me dijo, cuando la Real Sociedad estuvo a punto de ganar la liga, que lo de la Real Sociedad era nadar, nadar para morir en la orilla. Pues bien, ya veis, la vida da muchas vueltas y esta vez, los que se han ahogado han sido los merengues y, por ende, mi amigo. Y voy a ser sincero, me alegro, me alegro doblemente porque aquí, en la capital del reino, me he dado cuenta que la gente no debe tener muy buen perder (chorrear, en el argot Boluda), y vamos, desde penaltis de Puyol, hasta la mano negra del árbitro acompañada con la sana virtud de mucha gente de confundir política con fútbol.(que espectáculo más dantesco presencié en unos cuantos bares madrileños, realmente, de verguenza)
Que gente, virgen dios!!
Me alegro por el chorreo, por la humillación, por los pocos goles que les cayeron (y fueron, realmente, muy pocos) y me alegro por el fútbol, que leches. Que manera de jugar, de mover el balón, de atacar, de chorrear...
Y sí, ahora puede llegar el Chelsea y eliminarlos, pero el mejor fútbol, en décadas, lo está poniendo el equipo de mi amiga Mila.
Así que hoy, por una vez, voy a dejar la cultura para dar paso al arte, al arte culé.



en youtube teneis los goles en todos los idiomas, que deleite.


Y ahora, el Chelsea (aunque vaya árbitro...)