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viernes, 26 de marzo de 2010

Verdades como templos

Los jueces en la política española

¿Por qué tantos magistrados tienen un sesgo ideológico conservador que les lleva a hacer oposición política a un Ejecutivo progresista salido de las urnas? ¿Debe la sociedad democrática aceptar sus abusos de poder?

El Estado de derecho requiere que los jueces sean independientes y puedan tomar sus decisiones con autonomía y sin coacción. ¿Pero qué sucede si, siendo independientes, son parciales y actúan de acuerdo con principios ideológicos? Y, sobre todo, ¿qué hacer si los jueces tienen un sesgo ideológico claro, a favor de ciertas posiciones, que les lleva a enfrentarse a los poderes políticos representativos?

En España el sistema judicial atraviesa graves dificultades. Unas son de naturaleza "técnica", derivadas de la falta de medios y de la mala formación de muchos jueces. Otras, son más bien "políticas", tienen que ver con la politización de la justicia. Los analistas suelen atribuir la responsabilidad de estas segundas dificultades a los partidos. Se acusa a los partidos de decidir los nombramientos judiciales "cambiando cromos", en detrimento de los criterios de mérito que deberían utilizarse. Esa acusación, sin embargo, se basa en una concepción idealizada del Estado de derecho y pasa por alto el verdadero problema de fondo, que no es sino el fuerte sesgo ideológico de los jueces. En España, nuestro sistema judicial está dominado por posiciones conservadoras. Son los intentos de unos por preservar el dominio conservador y de otros por alterarlo lo que explica las tensiones que llegan a los titulares de la prensa sobre los bloqueos en el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) o en el Tribunal Constitucional. Si los jueces tuvieran mayor neutralidad política, los problemas se simplificarían notablemente...

(El País, 23/03/2010 IGNACIO SÁNCHEZ-CUENCA )

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