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jueves, 6 de mayo de 2010

El jardín de los suplicios


La novela tiene tres partes : en la primera parte, "Frontispicio", durante una reunión de intelectuales positivistas, en casa de un escritor académico y anti-dreyfusista, se habla con entera libertad sobre el crimen, como de un instinto natural; en la segunda parte, "En misión", se trata de la historia política del narrador, un hombre corrupto, enviado como embriologista en misión "científica" a Ceilán; en la tercera parte, "El Jardín de los suplicios", el narrador anónimo y su amante Clara, una inglesa sádica e histérica, visitan una prisión china, donde están los supliciados, y el espectáculo de las horrores conduce a Clara hacia un éxtasis erótico.

La novela es una denuncia frente a las sociedades opresivas que se apoyan todas sobre el asesinato y, más precisamente, al colonialismo, francés e inglés, que transforma continentes enteros en verdaderos jardines de los suplicios. Este libro muy especial, donde se mezclan las descripciones de flores y de suplicios, el sexo y la sangre, es considerado una de las mejores obras de la literatura decadente.

Si ya me sorprendió este autor con "Memorias de George el amargado", esta novela ha sido ya la prueba irrefutable de que es un gran autor.
Espectacular la alegoría y crítica satírica que hace del colonialismo y, sobretodo, del uso del asesinato con fines "nobles". La primera parte, "Frontispicio" es de las que hay que leer varias veces, y cada vez encontrarás algo nuevo, encontrarás motivos para justificar el asesinato, para conocer que, realmente, todos llevmos un asesino dentro.
Pero donde realmente se aprecia la crítica a los imperios coloniales es en la tercera parte y que da título a la obra "El jardín de los suplicios". La forma que tiene de mezclar belleza y horrores, la forma de describir y de establecer paralelismos entre el jardín y las colonias, la forma en que Clara se "excita" ante el horror... , como relata esas escenas te pone la piel de gallina.

Es un libro altamente recomendable.

"La puerta de la vida no se abre más que á la muerte, no se abre más que ante los palacios y los jardines de la muerte... Y el universo aparece como un inmenso, como un inexorable Jardín de los Suplicios... Por todas partes, y allí donde hay mayor vida, doquiera, horribles atormentadores que rasgan las carnes, asierran los huesos y os arrancan la piel, con siniestra cara de alegría. El Jardín de los Suplicios !... Las pasiones, los apetitos, los intereses, el odio, la mentira y las leyes, y las instituciones sociales, y la justicia, el amor, la gloria, el heroísmo, las religiones son sus monstruosas flores y los espantosos instrumentos del eterno dolor humano."

Cubierta de la ed. de 1930