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lunes, 19 de octubre de 2009

SANSHIRO (Natsume Soseki)


Adorada por Haruki Murakami y considerada la novela puente entre las dos obras maestras de Natsume Soseki, Kokoro y Botchan (Premi Llibreter 2008), Sanshiro es una deliciosa sátira que derrocha ternura y humor a la japonesa. Sanshiro es un muchacho de pueblo que se muda a la cosmopolita Universidad de Tokio para estudiar Literatura. Durante el año que permanece en la ciudad se verá obligado a confraternizar con los esnobs tokiotas, además de con temibles muchachas occidentalizadas, afamados escritores, abnegados científicos y, sobre todo, con su mejor amigo, Yojiro, un adorable granuja, una auténtica comadreja que constantemente meterá a su tímido colega en líos. Por si fuera poco, Sanshiro acabará enamorándose locamente de una muchacha con ínfulas artísticas, y esa será su perdición.

Bien, hasta ahí el resumen que se hace de este libro por parte de la crítica. Personalmente, me parece un libro difícil, un libro lineal, falto de garra y argumento.
Escrita en 1908, en pleno fin de la era Meiji, (era de la modernización japonesa)se denotan influjos occidentales (varios protagonistas hacen permanentes guiños a la cultura occidental)y descripciones de un nuevo Japón que rompe con el pasado feudal anterior a la era Meiji.
Sanshiro representa el paso de una sociedad feudal, de una aldea anclada en el pasado, a una nueva sociedad modernizada representada en Tokio,(la Universidad, el acceso a ella por parte del protagonista, el papel de la mujer que poco a poco se va consolidando, científicos, esnobs tokiotas, una nueva arquitectura...)

Muchas veces la lectura te transporta a películas, a ambientes orientales de quietud y de calma, a veces, demasiada calma. Es un libro que podía haber acabado 100 páginas antes o prolongarlo otras 100, te sentirías igual.

Natsume Soseki es uno de los grandes de la literatura japonesa, uno de los escritores más importantes de Japón, de obligado estudio en la escuela secundaria, tanto en humanidades como en ciencias. Por su importancia el gobierno japonés incluyó en 1984 su efigie en los billetes de 1000 yenes.