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martes, 5 de agosto de 2008

Y Napoleón se rindió en Autilla



Venían de Francia y entraron en Autilla del Pino arrogantes, con paso marcado y bayoneta por delante, pero se encontraron con los aceros desnudos de un pueblo levantado, y acabaron saliendo por la puerta de atrás.
La recreación que se hizo ayer en Autilla del Pino de una de las batallas de la Guerra de la Independencia mezcla historia y leyenda, pero responde a una tradición que se celebraba desde principios del siglo XX y se perdió hace treinta años, hasta el verano pasado.
La historia legitima el saqueo de la localidad a manos del ejército francés que, asentado a orillas del río Carrión, se abastecía en lugares como Autilla, donde destruyó uno de los templos y quemó la virgen del Rosario. Que el pueblo español, tras la humillación, se levantara en torno al regente Pedro Alcántara de Toledo y que, cuchillo y cañón en mano, consiguiera derrotar a las tropas francesas y al mismísimo Napoleón es ficción. También es leyenda que Bonaparte, que ni siquiera pasó por allí, se convirtiera al cristianismo.



Los vecinos recogieron el hecho en versos a principios del siglo XX, y lo representaban cada año «en la fiesta de la octava, el fin de semana después del Corpus», explica Paulino Abril, ilusionado porque hayan recuperado esta fiesta, en la que él participó muchos años. «Antes no lucíamos estos trajes tan curiosos como ahora», señala este vecino, que recuerda cómo ensayaban a ratos en los corrales. Otra vecina que contempla la escenificación, Eliodora Martín, también recuerda aquellos años, «pero entonces las mujeres no nos vestíamos», añade.
Cientos de vecinos y veraneantes de Autilla del Pino se dieron cita en la plaza para contribuir con sus coros y aplausos a que esta tradición continúe por lo menos otros setenta años.

Norte de Castilla (03/08/08)

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